La enfermedad de Crohn - Nutricionista Ecuatoriano

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trastorno gastrointestinal

La enfermedad de Crohn es un trastorno intestinal inflamatorio granulomatoso, agudo y crónico; da a la mucosa un efecto en empedrado. El  inicio se presenta casi siempre entre los 15 y 30 anos de edad. 

La enfermedad de Crohn se diferencia de la colitis ulcerosa (CU) debido a que afecta el tejido mucoso Gastrointestinal desde la cavidad bucal hasta el recto. En 33 % de los pacientes sólo hay compromiso del íleon; en 45 % están afectados el intestino delgado y el intestino grueso.

Aproximadamente 1.4 millones de personas en Estados Unidos y 2.2 millones en Europa sufren estas alteraciones. La presencia de un efecto macroscópico de empedrado, colitis segmentaria, estenosis y ulceración ileal, enfermedad perianal y múltiples granulomas en el intestino delgado o colon sugiere diagnóstico de enfermedad de Crohn. 

El antígeno causal en la enfermedad intestinal inflamatoria es la microflora en la luz intestinal, facilitada por una alteración innata en el sistema inmunitario. Se generan respuestas de los linfocitos T cooperadores 1 y 17 en la enfermedad de Crohn, y de los linfocitos T cooperadores 2 en la colitis ulcerosa, lo que produce citocinas e interleucinas proinflamatorias. 

DESENCADENANTES AMBIENTALES DE LA ENFERMEDAD DE CROHN 


Los desencadenantes ambientales incluyen tabaquismo, residencia en una región septentrional, trastomos alérgicos y autoinmunitarios. La exposición pasiva y activa al humo en la infancia predispone a la enfermedad intestinal inflamatoria. Además, se alteran las vías de los aminoácidos, ácidos grasos, ácidos biliares y ácido araquidónico.

Disminuye la luz intestinal; la peristalsis resultante de las comidas provoca cólicos, en especial en el cuadrante inferior derecho. Sólo el 25% de los casos de enfermedad de Crohn se presenta con la triada habitual de dolor abdominal, pérdida de peso y diarrea 

Las personas con enfermedad de Crohn tienen mayor riesgo de cáncer colónico, obstrucción, fistulas anorrectales y abscesos. Los procesos inflamatorios crónicos causan producción excesira de moléculas reactir,as de oxígeno y nitrógeno, síntesis exagerada o activación de metabolitos clave del ácido araquidónico y citocinas o factores de crecimiento, así como disfunción inmunitaria ffang et al., 2009). Los investigadores consideran la alteración genética de Bacteroides ovatus residente natural del intestino, para que secrete el factor de crecimiento humano KGF-2.

OBJETIVOS NUTRICIONALES EN LA ENFERMEDAD DE CROHN POR NUTRICIONISTA


Reemplazar líquidos y electrólitos perdidos por la diarrea y vómito. Atenuar la irritación mecánica y recomendar reposo, sobre todo si hay diarrea. 

Reabastecer las reservas de nutrimentos; corregir la malabsorción o anemia. El mal estado nutricional puede estar relacionado con una ingestión disminuida por anorexia, náusea o vómito, dolor abdominal, dietas restrictivas, efectos adversos de los fármacos, pérdida de proteínas por lesiones ulceradas en la mucosa, sangrados o requerimientos para la cicatrización de heridas, proliferación bacteriana y malabsorción. 

Vigilar las intolerancias a lactosa y gluten, que pueden estar presentes.

ALIMENTOS Y NUTRICIÓN EN LA ENFERMEDAD DE CROHN 

Para los requerimientos de energía en los adultos, calcular las necesidades según el IMC actual. Un IMC bajo (< 15) puede ameritar 35 a 45 kcal/kg; el IMC de 15 a 19 necesita 30 a 35 kcal,/kg; 20 a 29 de IMC requieren 25 a 30 kcal/kg y un IMC elevado (>30) necesita sólo 15 a 25 kcal/kg. Estimar las necesidades al límite alto de lo normal en lactantes o niños en crecimiento.

Con estenosis o fístulas, administrar una dieta baja en fibra que sea alta en energía, con un contenido elevado proteínico de 1 a 1.5 g/kg.

Para algunos pacientes puede ser útil añadir glutamina en la sonda de alimentación. Son aceptables las fórmulas poliméricas, y no se requieren productos elementales. Estudios aleatorios controlados han mostrado que la nutrición enteral es eficaz. La nutrición parenteral perioperatoria puede mejorar la inmunidad humoral, invertir la desnutrición y facilitar la rehabilitación. Si se requiere NPT después de la colectomía, utilizar calorimetría indirecta para calcular las necesidades.

Una dieta relativamente alta en grasas puede mejorar el equilibrio energético. Limitar el consumo de grasas sólo si hay esteatorrea, en cuyo caso los MCT (triglicéridos de cadena media) pueden ser mejor tolerados. Están indicados los ácidos grasos omega-3.

Complementar la dieta con multivitamínicos y minerales, en especial tiamina, vitamina B12, vitamina E, zinc, vitamina D, calcio, magnesio y hierro. Las vitaminas A y K deben administrarse en dÍas alternados. En una resección mayor de 200 cm, el selenio puede ser deficiente; vigilar de manera estrecha.

Disminuir el consumo de lactosa si no se tolera. Además es importante revisar las tolerancias a trigo y gluten.

Las raciones pequeñas y frecuentes pueden tolerarse mejor en pacientes muy quejumbrosos. 

BIBLIOGRAFÍA 

Escott, S., 2012. Nutrición, Diagnóstico y Tratamiento (7A. ED) España: Lippincott Williams & Wilkins


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