SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE
El colon irritable o síndrome de intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal funcional. La fisiopatología del Síndrome de intestino irritable incluye trastornos en el eje cerebro-intestino. Los receptores 5-HT3 estimulados inducen la motilidad, secreción y sensibilidad intestinales. Casi uno de cada 10 pacientes con SII cree que el trastorno comenzó con una enfermedad infecciosa.
Los criterios diagnósticos Roma III para SII incluyen al menos
tres meses de síntomas continuos o recurrentes de dolor o molestias
abdominales que se mitigan con la defecación, o relacionados con
cambios en la frecuencia o consistencia de las evacuaciones Las personas con SII tienen a menudo una enfermedad inicial prolongada,
infección por una cepa bacteriana tóxica, antecedente de tabaquismo,
marcadores mucosos de inflamación, género femenino, depresión y
episodios vitales adversos en los tres meses precedentes.
Como 95 % de la serotonina del cuerpo se localiza en el tubo digestivo, es importante señalar que las personas con SII tienen disminución
de la actividad de los receptores. Existen varios subgrupos de SII: con
hábitos intestinales alternantes (SII-A), con predominio de estreñimiento
(SII-E) y con predominio de diarrea (SII-D).
Los signos indicativos de la
necesidad de atención médica incluyen anemia, fiebre, diarrea persir
tente, hemorragia rectal, pérdida de peso y síntomas nocturnos. Además,
un antecedente familiar de enfermedad intestinal inflamatoria, enfermedad de Crohn o cáncer colorrectal es indicación para un mayor estudio
diagnóstico. El SII no daña al intestino ni conduce al cáncer, no tiene relación con la enfermedad intestinal inflamatoria.
Los tratamientos deben enfocarse en disfunciones GI específicas (p. ej., estreñimiento, diarrea, dolor), y los fármacos sólo deben prescribirse cuando los remedios populares no funcionan o los síntomas son intensos.
EDUCACIÓN NUTRICIONAL, ASESORÍA Y MANEJO DE LA ATENCIÓN POR NUTRICIONISTA
- Aumentar lentamente la fibra alimentaria en 2 a 3 g/día para prevenir molestias y favorecer las evacuaciones blandas e indoloras. Las raciones grandes de salvado pueden agravar el SII; valorar cada caso en forma individual.
- Beber seis a ocho vasos de agua o líquidos al día. Evitar las bebidas azucaradas, alcohólicas, la goma de mascar y la ingestión rápida de la comida debido a que pueden favorecer la producción de gas.
- Tener establecido los periodos regulares para las evacuaciones.
- Empezar con las comidas más pequeñas y frecuentes para mejorar los síntomas de SII. Son convenientes las comidas bajas en grasa y altas en hidratos de carbono, como pasta, arroz, panes y cereales de granos integrales (excepto en la enfermedad celiaca), frutas y verduras. Anotar en un diario los alimentos que le causen molestias y comunicarlo al nutricionista.
- Controlar el estrés ya sea mediante vídeos o una conversación con la familia. Los familiares deben establecer una regularidad en casa, es decir organizando las tareas del hogar y planeando las actividades de la semana.
BIBLIOGRAFÍA
Escott, S., 2012. Nutrición, Diagnóstico y Tratamiento (7A. ED) España: Lippincott Williams & Wilkins